Esperando cruelmente tu llegada mis ojos
se desangran, y mi boca escupe rabia con maldiciones y malas palabras. Y el
esperar, amor, me produce gran dolor, me impaciento y sólo disfruto
imaginándote muerto. El viento me abraza, y golpea suavemente mi cabello,
calmando un poco mi mala racha con tu presencia besándome con amor y gracia
malvada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario