Al creer que no estaba sola veo a mi alrededor,
otra vez me equivoqué, mi llanto entre las sombras empieza a caer; sin control
empiezo a enloquecer, la tristeza llena todo mi ser, mi corazón se vuelve a
romper; gota tras gota, mis lágrimas resbalan sobre mi piel, ¡ya no quiero
estar sola! De tanto dolor me empiezo a perder, comienza la agonía, nuevamente
la oscuridad me envuelve. Sin poder ver nada me tiro al suelo frío, golpeo mi
cuerpo al bajar, ya no importa nada, ¡la alegría no va a volver! Con mis
fuerzas perdidas ya sin ganas ni poder, me empiezo a desvanecer, no importa ya
nada, no hay nada que hacer.
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