El cuerpo perfecto

La pequeña Katy jugaba como siempre en el parque que ella veía como un gran bosque por sus grandes árboles y esos bellos arbustos que solían usar los niños para esconderse, mientras como siempre su madre y las otras señoras compartían los chismes nuevos y algunas críticas. Katy gritó horrorizada y al correr su madre a su encuentro la encontró tirada sobre el pasto inconsciente… al darse cuenta el motivo del desmayo de su pequeña hija sintió como si le hubieran apuñalado 500 veces el corazón, casi no tuvo fuerza para sostenerse en pie, al final cayó de rodillas y llorando marcó para reportar aquello.

El oficial Damon no tardó mucho para ver la escena del crimen, aunque pensaba que llegaría antes que cualquiera de sus compañeros, ya se encontraba acordonada el área. Todo parecía normal a simple vista, sin embargo al acercarse más hacía el lugar favorito de juego de Katy, debajo de ese enorme arbusto Damon vio al agacharse un cuerpo cercenado y cosido con diferentes miembros de diferentes cuerpos, ¡era asqueroso!

Una ambulancia se había llevado a la niña, una oficial se había encargado del interrogatorio a ella y su madre, Damon no tenía intención de hacérselo, siguiendo en la escena del crimen, mirando minuciosamente a su alrededor, como siempre lo hacía, observando las personas que se mostraban curiosas atrás de las cintas policiacas. Y entonces miró a aquel hombre joven, que miraba extasiado con una enorme y siniestra sonrisa.

-Buenas tardes, caballero, increíble lo que pasó aquí ¿no cree? –Preguntó Damon al hombre.- ¿Vive cerca? Quizás pudiera ayudar en la investigación.

El hombre ocultó su sonrisa en el momento que vio venir al oficial y con mucha amabilidad contestó a sus preguntas, siguiendo con una pequeña conversación que parecía más como de amigos. Carlos Fragman se llamaba, tenía 25 años, era soltero y según los vecinos y toda la gente que le conocía era muy altruista, siempre ayudando y apoyando a los niños y al vecindario.

Pero para Damon aquel cretino no tenía nada de bueno. Le había visto aquel placer a lo lejos, entre la multitud. Le llamó y lo invitó a tomar unas copas, alegando que estaba muy presionado por el caso, fueron a un bar, lejos de donde sucedió todo, Damon le decía que aquel que hizo eso era un genio, en la precisión de unir las partes de los cuerpos para que quedara en uno solo tan bien hecho. Al principio Fragman se sorprendió pero al pasar los minutos y las copas se fue soltando. Habían sido 15 víctimas confesó, quería formar a la mujer perfecta y nadie sospecharía de mí, la verdad es que fue muy divertido…

Y de nuevo apareció aquella horrible sonrisa atroz mientras patrullas llegaban a rodear el bar y Damon lo esposaba, no quiso decir dónde se encontraban los restos de los cuerpos, después de unos años encontraron 9. A Fragman le dieron la pena de muerte y Damon desde entonces no volvió a ser el mismo.  

Los dulces ojos jade

Tomó en sus manos aquella pequeña máscara que adoraba, dio vueltas y vueltas sonriendo con los brazos estirados y la máscara entre sus manos como si bailara con ella, haciendo que la falda de su vestido se esponjara y paró de golpe. Frente al espejo acomodaba la máscara que no cubría su cara y se puso sus guantes negros de encaje, acariciándose sus manos enguantadas y sonriendo frenéticamente al verse al espejo con aquella adorable máscara. Dando brincos salió de casa sin borrar aquella sonrisa de su cara, y al escuchar burlas de su atuendo, al contrario de lo que todos creerían, Shamir se emocionó, al correr salían carcajadas y después de unas cuantas puñaladas ella bailó, danzando con el cuchillo ensangrentado en sus manos, los cuerpos inertes ahí tirados, mientras hacía girar su vestido, a casa regresó y mirando su pequeña máscara con sus hermosos ojos verdes, aquella “dulce” niña su ropa lavó y su máscara de diversión guardó.

Kratos el demonio

Kratos los miraba, siempre con esa mirada fría y despectiva, todos ellos le odiaban, lo sabía, pero a él ya no le importaba, nunca le importó. En su mente maquinaban cosas que nadie podría entender y que nadie nunca sabría y entonces en medio del pueblo abrió sus alas abanicando con fuerza para provocar terror, los gritos le extasiaban, parecía dibujársele una sonrisa macabra mientras escupía fuego de ese horrible hocico. Y entonces… en ese ardor se sintió un terrible frío, Kratos sintió derramarse la fuerza a través de su sangre que escapaba cruelmente de su pecho, una lanza le atravesaba el corazón. Intentó extender sus alas y volar pero aquel cobarde que le había herido ahora le lanzaba flechas, aminorando su fuerza pero él no se daría por vencido, con todo su odio se abalanzó contra aquel gruñendo y lanzando fuego. Kratos murió con un horrible gesto demoniaco de satisfacción, aquel que le hirió también murió agonizante en las llamas y más de medio pueblo se destruyó.

Un callado amor

El aire le acariciaba el cabello, revoloteándoselo de un lado a otro, parecían olas meciéndose y yo le amaba en silencio, admirando su silueta bajo el árbol que cubría su hermosa piel del bravo sol. Ella jugueteaba con el pasto, como deseaba ser pasto y ser viento para abrazarme a ella. Como deseaba ser ese bravo sol que incansable la buscaba. Como deseaba ser todo en su compañía pero mi amor era de cobardía, de ser feliz viendo su figura al pasar de las estaciones, de ser solamente un callado amor.