Carlitos, que a pesar de tener ya 32 años su madre seguía
llamando en diminutivo, un día como cualquiera salió de casa rumbo al trabajo,
muerto de sueño, tallándose los ojos por el cansancio y deseo de estar en cama
de repente ¡¡¡puff!!! Termina impactado sobre un poste… casi desangrándose en
la opinión de las vecinas chismosas, llamarón a gritos a la madre de Carlitos. No
había sido tan grande el golpe pero le provocó jaqueca por varios días y una
mala visión, así que volvió al consultorio para comentárselo al médico. “No,
Carlos, no es por el golpe, es que necesitas lentes, ya no anda bien tu vista”
pero no es posible lo que el médico decía, pensaba Carlitos, así que no fue con
el oftalmólogo seguro que solo le querían sacar dinero, compró unas gotas para
los ojos con el Dr. Simi, bailando juntos un rato y después fue a casa. Las gotas no servían y Carlitos cada vez
chocaba con más cosas… así que no le quedó más que ir al oftalmólogo, después
del chequeó y una considerable suma perdida… Carlitos terminó teniendo en su
cara unos lentes, y ya que iba a usar lentes que al menos fueran unos Ray-Ban
para verse cool. Con ellos su vista era perfecta pero la cosa es que Carlitos
era torpe, así que no se acabaron del todo los choques contra cosas.
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