Tomó en sus manos aquella pequeña máscara que adoraba, dio
vueltas y vueltas sonriendo con los brazos estirados y la máscara entre sus
manos como si bailara con ella, haciendo que la falda de su vestido se
esponjara y paró de golpe. Frente al espejo acomodaba la máscara que no cubría
su cara y se puso sus guantes negros de encaje, acariciándose sus manos
enguantadas y sonriendo frenéticamente al verse al espejo con aquella adorable
máscara. Dando brincos salió de casa sin borrar aquella sonrisa de su cara, y
al escuchar burlas de su atuendo, al contrario de lo que todos creerían, Shamir
se emocionó, al correr salían carcajadas y después de unas cuantas puñaladas
ella bailó, danzando con el cuchillo ensangrentado en sus manos, los cuerpos
inertes ahí tirados, mientras hacía girar su vestido, a casa regresó y mirando
su pequeña máscara con sus hermosos ojos verdes, aquella “dulce” niña su ropa
lavó y su máscara de diversión guardó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario