El aire le acariciaba el cabello, revoloteándoselo de un
lado a otro, parecían olas meciéndose y yo le amaba en silencio, admirando su
silueta bajo el árbol que cubría su hermosa piel del bravo sol. Ella jugueteaba
con el pasto, como deseaba ser pasto y ser viento para abrazarme a ella. Como deseaba
ser ese bravo sol que incansable la buscaba. Como deseaba ser todo en su
compañía pero mi amor era de cobardía, de ser feliz viendo su figura al pasar
de las estaciones, de ser solamente un callado amor.
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