Se sentía encerrado, atrapado entre tanto trabajo, no lo
soportaba más… tirando gotas de sudor frío y sintiendo un fuerte dolor en el
pecho él lo decidió, lo haría, tenía que hacerlo. Necesitaba volar.
Abrió sus alas y tiró su corazón… se sentía tan bien saltar
del avión y después de un rato en caída libre abrir el paracaídas, ahora era
libre, no había más estrés. Él podía volar libremente para después continuar
trabajando por lo que deseaba en la vida. Nada le detendría pues ya nadie
cerraría sus alas y su espléndido volar.
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