El decano de la universidad, medio calvo, con barba de
candado, una panza abultada y una que otra cana, llega siempre, sintiéndose un
verdadero galán, conduciendo altaneramente su cachivache espantoso con la
pintura derruida, siendo de lo más empalagoso con las jóvenes estudiantes
diciéndoles “tienes una deuda conmigo, pasa a mi oficina más tarde para
solucionar eso” después de un repugnante guiño. Día tras día repite el mismo
ritmo en la universidad echándole el ojo a una jovencita que tontamente cree
poder conquistar, sin pensar en las consecuencias, continua con su rutina de
conquista. Una que otra caricia y muchas insinuaciones que no pasaban de eso,
se ha convertido en algo más y ahora nuestro querido decano necesita un muy
buen abogado para no ir a la cárcel por acoso, aunque claro, va a perder su
trabajo, lo curioso es que era decano en la universidad de derecho.
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